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jueves, 21 de julio de 2011

Cronica de las Tierras Heladas. Prologo y parte 1.

Prologo.

                               Mi nombre es Xanagaz,  y una vez pertenecí a la “Torre de astrónomos”. Una de las órdenes de magos de mi mundo,  Aywin.  Ingresé en esta orden  por mis altos conocimientos en la materia, pero no  es la historia de mi vida lo que quiero relatar en este diario, sino la historia de cómo la bella Aywin  se convirtió en un páramo helado por la consecuencia de los hombres.
 “El Cambio”
                               Aywin , a día de hoy, es un mundo helado donde  los arboles con su follaje verde y aguas cristalinas han desaparecido prácticamente; los animales, con sus tonalidades marrones,  sobreviven aguantando temperaturas tan bajas que su pelaje se encuentra cubierto de un fina capa de nieve.  En conclusión, lo que era una tierra donde existía las estaciones. Ahora, la única estación que mece las tierras, es el invierno más extremo nunca conocido en la historia del mundo.
                Desde el norte hasta el sur del mayor continente conocido, Sebulz, hasta lo más profundo de la infra obscuridad. Los humanos  luchan por sobrevivir  a las condiciones de vida de su tierra. Muchos de ellos siguen en la superficie luchando por labrar campos e intentar que la vida vegetal vuelva a prosperar. Pero, la gran  mayoría, desde hace muchos años que no logro contabilizar, prosperaron para crear grandes civilizaciones en la parte más calidad del mundo. Bajo tierra.  Y allí es donde la humanidad en estos  años ha ido creando sus ciudades y civilización. Parecerá algo extraño encontrarse una ciudad enorme bajo tierra, tal  como se conocía en la antigüedad: con sus palacios, mercados, baños públicos, etc.  Pero era el único modo de sobrevivir a este clima. Sin embargo, tal como he comentado anteriormente, no todos los humanos decidieron abandonar la superficie. Algunos, como los “Montañeses” se han adaptado o evolucionado (no sabría decirlo) al clima extremo. Humanos robustos  con alturas por encima de la media humana y con una capacidad de supervivencia adquirida en estos mil  años aproximadamente. Los Zhitaly, humanos mutados por la “magia de la sangre”. Seres grotescos  una mezcla de troll con mediano  con una sensibilidad a la magia comparada a la de los antiguos Elfos. 
                El resto de las razas civilizadas: medianos, draconianos, etc.,  Han prosperado lo mejor que han podido. Pero no es de mi interés hablar de las otras razas de este mundo, sino de la mayoritaria, los humanos. No obstante, debo hacer una pequeña  referencia  a la segunda raza más poblada de la tierra. Los Elfos.  Adoradores de los grandes bosques, creyentes del  Dios de la naturaleza, cuyo nombre se ha olvidado con el paso del tiempo. Y en definitiva, la raza que estaba en  una armonía completa con la naturaleza.
                Los Elfos, debido a su antigua condición de protectores de los bosques y la naturaleza, se volcaron con determinación a cuidar las tierras que sobrevivieron al “El cambio” (nombre popular que recibe el cataclismo vivido) custodian mediante sus guerreros, las cúpulas de conservación; sus druidas y sacerdotes mantienen  la poca foresta que queda en la tierra.                 Estas cúpulas de conservación,  fue el ingenio de Elfos y Eladrines en crear los diseños de un invernadero mágico para poder conservar la foresta, a día de hoy sagrada.
                Los humanos, seres ambiciosos, incorregibles y destructivos. Tal como he comentado, no tuvieron problema de adaptación utilizando su gran sentido de la supervivencia.  Pero…… los humanos y demás razas se preguntan: ¿Cómo se llegó a esto?, ¿Quiénes fueron los responsables si los hubo?, ¿El mundo debería existir? Estas son las preguntas que se realiza la mayoría pero algunos sabemos la verdad. Y yo, fuera de las leyendas e hipótesis creadas en los años desde “El cambio”,  conozco los hechos porque estuve allí.

Crónica de los Tierras Heladas. Prologo y parte 1.
Xanagaz el no-muerto.


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